Resumen
El propósito esencial de este ensayo es hacer la defensa de una institución jurídica, que viene siendo objeto de inmerecidos ataques en diversos escenarios judiciales y administrativos del país sin ninguna justificación seria y convincente desde el punto de vista jurídico. Se trata de la fiducia civil o “encargo fiduciario civil” cuya naturaleza y efectos han sido objeto de erróneas interpretaciones, restándole así su eficacia como instrumento jurídico válido para que una persona transfiera válidamente bienes a otra, pudiendo además obviar el trámite de procesos sucesorales, a veces, complejos y dispendiosos. En rigor, el objetivo central de este trabajo es tratar de demostrar que la institución del fideicomiso continúa vigente, que su presunto anacronismo carece de una sustentación seria y que, utilizada de buena fe y sin rasgo alguno de dolo o intención de dañar a un tercero, como lo exige la ley respecto de la celebración de todo acto jurídico, es un instrumento legal, eficaz e idóneo, para lograr que la propiedad de unos bienes pase de una persona a otra, incluso después de su muerte, sin que sea necesario la tramitación de un complejo proceso sucesoral de naturaleza notarial o judicial.