Resumen
En los pueblos del Antiguo Oriente, por distintas razones, no se generó un pensamiento político diferenciado de la religión, la ética o la moralidad. La rigidez de sus sistemas de gobierno, la religiosidad asociada a fuerzas de la naturaleza o a elementos zoológicos lo impidieron. Por el contrario, en Grecia, también por un conjunto de razones puntuales, se originó la filosofía y con ella la reflexión crítica sobre el universo, sobre la materia y, por último, sobre el hombre como individuo y en cuanto ser social. En este artículo, se muestran en paralelo las razones que inhibieron el pensamiento político autónomo en una cultura y las que lo propiciaron en la otra. Se hace referencia a las primeras teorías del Estado y a sus autores fundamentales: Sócrates, Platón y Aristóteles.